Dar de mamar tu bebé surge de forma natural, pero también debes tener en mente que es un tema delicado y hay que aprender una serie de técnicas para que la lactancia de tu bebé resulte eficaz. Si al principio, sobre todo las primeras horas, van a ser duras, porque no te apañas o porque el bebé no agarra bien, o porque no sabes si estás alimentándole bien, tranquila, no te agobies.
Hay que mentalizarse de que el primer mes de lactancia es complicado, y que pueden surgir problemas. Pero para todo problema, hay siempre una solución. Todo es cuestión de aprendizaje, y poco a poco irás comprobando que lo estás haciendo muy bien.
El inicio de la lactancia: qué se puede esperar
Ya tienes a tu bebé en brazos, es hora de darle el primer pecho, y estás nerviosa, cansada por el parto, y al mismo tiempo muy ilusionada. Ahora, lo más importante es, sin duda, dar prioridad a tu bebé para aprender a darle el pecho, y establecer una buena conexión madre-hijo para que la lactancia materna funcione bien y puedas alimentar con éxito a tu bebé.
Como ya sabrás, la leche materna no es sólo su único y primer alimento durante sus primeros meses de vida, sino que además es una fuente de salud para el bebé, que le aporta muchos beneficios, tales como su correcto desarrollo visual y mental, la inmunidad a futuras enfermedades e infecciones, etc. No sólo lo alimentas, sino que le aportas muchos beneficios.
Sin embargo, la lactancia en el primer mes no es precisamente un camino de rosas, y debes mentalizarte desde el principio, porque surgirán ciertos problemas y obstáculos durante el primer mes. Lo más recomendable es que busques ayuda de familiares y amigas que ya han pasado ese trance y que te puedan dar consejos, pero sobre todo, aprovecha tu estancia en el hospital para dejarte ayudar por las matronas y el personal sanitario, que sabrán guiarte para dar tus primeros pasos en la lactancia materna.
Un problema muy habitual: las grietas
Las grietas son pequeñas heridas que te pueden aparecer en el pezón y que producen un dolor agudo y persistente a las madres durante las tomas del bebé. Estas grietas se producen por el roce continuado de las encías y la lengua del pequeño con el pezón. Para poder hacer frente a este problema, la mejor opción es controlar la posición en la que el niño coge el pecho, y en este sentido, un buen truco es introducir toda la aureola del pezón en la boca del bebé, cuestión que, como madre, aprenderás de forma fácil. De esta manera, la lengua presionará la areola, y no el pezón.
En cualquier caso, si ya tienes grietas en el pezón y te resultan especialmente dolorosas, se pueden utilizar protege pezones o pezoneras, para acelerar la curación de las grietas. Se trata de protectores que se colocan sobre el pezón para protegerlo cuando estés dando pecho.
La oclusión mamaria y el conducto obstruido
La oclusión mamaria consiste en el endurecimiento de una zona del pecho, lo que provoca dolor en el momento de la lactancia. Lo más recomendable, en estos casos, es que des el pecho a tu bebé de forma frecuente, y cuando no estés dándole, apliques compresas calientes y húmedas en la zona afectada, siempre antes de cada toma. Si además, tienes hinchazón, puedes aplicar compresas frías, en momentos separados de las tomas de tu bebe.
Respecto al conducto obstruido, se trata de una zona enrojecida en el pecho que produce dolor, y en ocasiones, notarás un puntito blanco en la punta del pezón, que no es otra cosa que leche coagulada. Existen diversas causas que pueden provocar esta obstrucción: que el conducto no se vacíe bien de leche, o que el niño no está cogiendo el pecho de forma adecuada, o bien que quizás estés utilizando un sujetador que te oprime demasiado el pecho, o que tal vez estés llevando una dieta con exceso de grasas. La solución para este problema es, como en el anterior, aplicar compresas calientes antes de las tomas, y frías entre toma y toma. Por otra parte, procura eliminar alimentos grasos de tu dieta, y hazla más saludable.
La mastitis
Este problema es también muy frecuente, y consiste en la inflamación del pecho, que además puede implicar fiebre y una serie de síntomas (debilidad, mareo, etc.) bastante parecidos a la clásica gripe. Para solucionar este problema, es importante acudir al médico a que te haga una revisión, y además, dar el pecho con frecuencia, y aplicar compresas calientes. Pero lo más recomendable, en cualquier caso, es acudir a tu especialista, para que valore el dolor y la inflamación.
Éstos son sin duda los principales problemas que te puedes encontrar en tu primer mes de lactancia. Y el mejor consejo es siempre la paciencia, tomártelo como una experiencia que te ayudará a ir aprendiendo y a convertirte en una experta en dar el pecho, las visitas médicas frecuentes ante cualquier problema y, sobre todo, remedios caseros tradicionales, como las compresas calientes, que siempre funcionan.